sábado, 6 de diciembre de 2008

HISTORIA DE MIRAMAR

En las primeras décadas del siglo XX una generación con vocación de pioneros y con la alegría propia de los hacedores, llegó a la margen sur de Laguna de Mar Chiquita (Mar de Ansenuza) y vislumbrando un gran porvenir, comenzó a poblar Miramar.

La falta de caminos, rutas de acceso, el monte tupido, la carencia de electricidad y sistemas de comunicaciones, conformaban obstáculos y planteaban serias dificultades para fundar una población pero todo era superado por el sólido convencimiento de que si los problemas eran muchos, el potencial era enorme.

Ahí estaba, desde 30.000 años, la extraordinaria belleza natural del gran mar de agua salada que Córdobaaún tiene en plena llanura y que conforma la mayor cuenca cerrada de Argentina (6000 km2).

Hacía muchos años que las colonias gringas desparramadas por el Departamento San Justo, merced a la Ley de Colonización, se afianzaban, consolidaban y crecían en base a la explotación agrícola; el ferrocarril las entrelazaba, formando uno de los espacios más homogéneos en cuanto a su actividad económica de origen.

En el transcurso de ese siglo se pueden establecer tres etapas de su evolución económica: 1886 - 1925, producción triguera y procesamiento en los molinos harineros de San Francisco, Morteros y Devoto; 1925 - 1940, lenta transición de actividad agrícola a ganadera; 1940 a la fecha conformación de una sólida estructura tambera, hasta convertirse en la principal cuenca lechera de la Provincia de Córdoba, adquirir muchas poblaciones un claro perfil agroindustrial y desarrollarse industrias de la alimentación en Arroyito, aeronáutica en Morteros e industrias diversificadas en San Francisco, Las Varillas, etc.

Dentro del Departamento San Justo, Miramar fue la única población que optó por el turismo como su industria madre, convirtiéndose por derecho de lucha y visión, en el único asentamiento humano en todo el perímetro de un mar interior, y que por varios siglos, había sido territorio de los indios Sanavirones.

Los pioneros extranjeros conocían la tradición milenaria de los efectos que el agua salada, el sol y el fango tienen sobre el organismo y también sabían que las extraordinarias propiedades de las curas balneológico - termales pierden eficacia realizadas fuera del medio, con el agua y fango transportados, pues es el ambiente y el conjunto total de elementos climáticos del balneario, lo que hace eficaces los tratamientos; también sabían que pese a estar frente a un gran mar, la temperatura del agua se diferenciaba marcadamente de los fríos y extenuantes baños de mar y/o océanos. También entendían que por más avances y progresos que se produjeran en el campo de la medicina, la química y otras ciencias, siempre las fuentes naturales conforman terapias válidas, capaces de resistir los embates del tiempo, de la moda y de los escépticos. Tal vez por eso, el objetivo primordial de ellos era consolidar una infraestructura receptiva de servicios, preparada para los doce meses del año. Rápidamente la respuesta de miles de turistas del país y del extranjero, justificaron los esfuerzos de los pioneros y visionarios que soñaban con un gran centro de turismo salud. Las expectativas iniciales fueron totalmente superadas y la demanda de servicios fue muy superior a la oferta existente. Muchos países del mundo, principalmente Alemania e Italia ya reconocían a esta enorme extensión de agua salada como un verdadero privilegio de la naturaleza y miles de personas acudían buscando el extraordinario Efecto terapéutico del agua y fango de Mar Chiquita. En un momento de su evolución los efectos de la transición económica en el Departamento provocan el nacimiento de lo que aún hoy se denomina hospedaje, que desvirtuó la oferta de mejores servicios, ya que con pocos ahorros de capital y seguros de la rentabilidad de la inversión, comienzan a construirse pequeños conjuntos de habitaciones, que modifican la pauta turística original. Pese a todo se intentaba crecer y Miramar logró consolidar entre los años 1920 al 40 y luego de 1973 al 76 una gran infraestructura de servicios turísticos. La naturaleza se asociaba a ese esfuerzo y se lograba el justo medio entre ella y el hombre. Esto dejaba entrever que a partir de esa armonía y equilibrio logrados, se afianzaba el más sólido centro turístico de la Provincia de Córdoba, desarrollando facetas integrales únicas: por un lado, una gran oferta de turismo salud, con centros termales públicos y privados que cubrían la demanda de los visitantes y por el otro, una sólida oferta de turismo recreativo, conformado por avenidas costaneras, playas públicas, club náutico, espigones, piletas de agua dulce y salada, accesos, pistas de baile y espectáculos al aire libre, confiterías, comedores, actividades náuticas, casino, etc.

No hay comentarios: